Después de que Petro anunciara con bombos y platillos la reducción de las tarifas eléctricas, millones de usuarios y usuarias no solo no han visto la reducción en el valor de las facturas, sino que por efecto de la PetroReforma Tributaria las verán crecer más el próximo año. Según Asoenergía, gremio de grandes consumidores industriales de electricidad, los ajustes hechos en noviembre para estos usuarios no supera el 1%. Entre los meses de noviembre de 2021 y 2022, la inflación eléctrica nacional creció en 25,77% (DANE) y en Bogotá lo hizo en 20,85%, dos veces el aumento del salario mínimo, llevando a que este sea el segundo frente de gasto de los hogares que más contribuye al crecimiento de la inflación, después del precio de la comida en restaurantes.
En la capital, según las tarifas de Enel (principal empresa eléctrica de Colombia con la quinta parte de los usuarios del país), entre septiembre y noviembre de 2022 el Costo Unitario promedio de las tarifas eléctricas para usuarios residenciales subió 5,33%. Dicho incremento se debe a que el valor de la distribución, la comercialización y las pérdidas continúa aumentando –estos elementos subieron 5,23%, 6,6% y 11,26%, respectivamente−, dejando en evidencia que las renegociaciones de contratos entre comercializadores y generadores eléctricos que el gobierno de Petro presentó como un gran logro no representaron ningún alivio para la ciudadanía bogotana.
La espiral inflacionaria eléctrica de 2021 y 2022, sería impulsada en 2023 por la Tributaria. Según Acolgen, gremio de las hidroeléctricas, la sobretasa al impuesto de renta a las generadoras hidráulicas el próximo año se trasladaría a los usuarios. Seis plantas térmicas con una capacidad instalada de 2.050 MW (11% del total nacional) pagarán desde 2023 un 15% más de impuesto a la renta lo cual elevaría las tarifas para usuarios residenciales entre 2 y 10%. A lo anterior se suma que en el caso de las generadoras con carbón ,los mayores impuestos a este recurso no renovable encarecerán la materia prima de doce térmicas que demandan 4 millones de toneladas anuales.
El sector eléctrico necesita un nuevo marco tarifario donde, además de una auditoría a los costos que reportan las empresas eléctricas, deben ajustarse, entre otros elementos, las tasas de ganancias reconocidas a las compañías en las resoluciones gubernamentales, las cuales les están generando gigantescos retornos a los accionistas de las empresas, en especial en aquellas con control de inversionistas extranjeros.
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