Conocí a Pacho hace 18 años en una conferencia que dio sobre la situación internacional en la que explicó con mucha precisión la dominación neocolonial que Estados Unidos ejerce sobre los pueblos del mundo. Su claridad y profundidad fueron fundamentales para que un grupo de jóvenes universitarios decidiéramos dedicar nuestra vida a la transformación democrática de Colombia.
Durante muchos años Pacho dirigió nuestro trabajo político en Bogotá. Con persistencia, paciencia y determinación, reconstruyó una organización que había quedado muy debilitada después de una serie de dificultades internas. Bajo su dirección, logramos expandirnos en todas las localidades y se logró consolidar un trabajo extraordinario en las universidades de la Capital. Este proceso de reconstrucción fue exitoso debido a la enorme dedicación y capacidad política de Pacho para organizar y formar a una nueva generación de militantes.
Pacho nos formó con sus charlas y conferencias, pero también con el ejemplo. Sus anécdotas e historias sobre su experiencia como descalzo en Córdoba, la lucha que dio por el bienestar de la población y contra el leonino contrato de Cerromatoso, marcaron huella en un grupo de jóvenes que quisimos emular su valor y compromiso. Hoy esa generación que Pacho contribuyó a formar le rinde un sincero homenaje por la influencia que tuvo en nuestras vidas.
Pacho dirigía con firmeza, pero con el cuidado de no maltratar a nadie. Siempre estaba en disposición de explicar y resolver las dudas sobre la teoría y la práctica política. Sus orientaciones eran claras y precisas, además de que siempre trataba los asuntos con jovialidad. Ante los errores acudía a la persuasión para hacernos corregir y mejorar nuestro desempeño.
Este estilo también le permitió ganarse la confianza y el cariño de otras organizaciones. Jugó un papel destacado en la construcción del Polo Democrático Alternativo y de Dignidad y Compromiso. Hasta los últimos días de su existencia estuvo pendiente de la consolidación de una fuerza política distinta a la de los partidos tradicionales y el falso cambio del Pacto Histórico.
Gracias estimado Pacho por su dedicación y entrega a la causa de construir un camino para transformar a Colombia. Sus lecciones sobre la necesidad de unir al país para defender la soberanía y democracia siempre serán una guía en nuestro actuar. Gracias por haber dejado huella en toda una generación que se compromete con usted a continuar su legado y a hacerlo como usted lo hizo, con vida sencilla y trabajo duro. Es un compromiso en el que no vamos a desfallecer.
